domingo, 26 de septiembre de 2010

Responsabilidad Amorosa…, Una Decisión ó un Privilegio?

Fanny Ramírez V
Especialista en Medicina Energética
energyfrvcenter@gmail.com

Hola amigos, días atrás les escribí sobre nuestro gran privilegio: El poder de decidir y de cómo la vida misma es una gran oportunidad para lograr la transformación interna de flexibilizarnos.

Realmente no es fácil comprender, en su totalidad, los alcances del poder que poseemos hasta que somos concientes del verdadero significado de ser responsables, pero no esa responsabilidad de cumplir con las normas y los preceptos sociales.

Me refiero, a la responsabilidad amorosa con nuestros semejantes y con el mundo en que vivimos, pero no desde la norma, sino desde el pensamiento, desde la emoción, desde el sentimiento y más allá desde la propia acción.

Cuando nos damos cuenta de que los pensamientos repetitivos se vuelven creencias que conciente o inconcientemente crean nuestra realidad.

Cuando nos percatamos de que nuestro día a día esta lleno de rituales y automatismos que nos hacen sumamente predecibles y que nos impiden crear nuevas y sabrosas realidades, sólo allí y justo allí, lograremos percibir una situación del día a día como una oportunidad de curarnos de ese automatismo inconciente en el que muchas veces pasamos nuestras vidas y bajo el cual muchas veces tomamos nuestras decisiones.

Cuando cambiamos nuestro punto de vista sobre una situación, toda ella se transforma y cuando nos damos cuenta que lo que una persona nos hace sentir es nuestra forma de ver a esa persona y no lo que ella es en nuestra realidad, cambiamos entonces, nuestra forma de verla.

Es allí, justamente, cuando somos capaces de transformar nuestro mundo, nuestra relación con las personas, entonces, podemos ejercer nuestro poder de decidir con una verdadera responsabilidad amorosa por nosotros mismos y por los demás, somos concientes de nuestras decisiones, sin automatismos.

Al comprender el verdadero alcance de nuestro gran privilegio: El poder de decidir, el verdadero alcance de nuestros pensamientos y creencias, de nuestro gran poder de transformarnos y en consecuencia de modificar nuestra realidad, permanecí en silencio y mentalmente comprendí lo que significa ser realmente responsable con nuestro propio ser, con nuestros semejantes y con el mundo en que vivimos, ser responsables con nuestros pensamientos.

Desde entonces y con frecuencia evaluó, al final del día, mis decisiones, autoevaluó mis pensamientos, repaso de manera conciente mis vivencias, para no dejarme llevar por el peso de las rutinas y costumbres, que nos convierten en autómatas, pido entonces, y me esfuerzo porque mis pensamientos y creencias no sean erróneas y me permitan ver en cada situación una luz, para aprender y en cada persona un ser de luz, también para aprender.

Así, concientes de cada uno de nuestros pensamientos, emociones, sentimientos y de cada acción, lograremos responsablemente co-crear la realidad que verdaderamente queremos, una que no se excuse en nuestra condición de humanos para errar y que no busque justificar nuestras equivocaciones, pues la verdad no necesita ser justificada, simplemente es, independiente de que seamos concientes ó no de nuestra realidad.

Podríamos concluir entonces en pensar, que la responsabilidad amorosa sólo es posible cuando nuestra conciencia de ser esta presente en todo momento, cuando nuestro comportamiento no responde al peso inconciente de los automatismos, de las rutinas y de las costumbres ó de las apariencias, cuando simplemente somos concientes de nuestro único y maravilloso sentido del ser, entonces allí determina la lealtad como responsabilidad amorosa con nuestro propio ser y con su entorno.

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